jueves, 6 de noviembre de 2008




EL LOBIZÓN





Es de origen europeo-francés (lobis-homen) muy difundido y arraigado entre nosotros, según el cual el séptimo hijo varón seguido y de un mismo matrimonio o concubinato o del mismo padre con la misma madre, se transforma en un animal parecido al perro o chancho todos los viernes a la media noche, para andar por los cementerios, revolcarse en los corrales y gallineros comiendo restos y excrementos.
Su pelaje varía entre bayo y negro, teniendo dos grandes orejas que le tapan la cara y produce un extraño ruido con las mismas que atemoriza a los perros.
Si algún humano lo hiere, cesa el maleficio y se redime, pero una vez ocurrido esto, tratará de exterminar para siempre a quien lo haya herido.
Al hombre se lo reconoce por su palidez, olor desagradable, flaco, alto, huesudo, sufre del estómago por las inmundicias que come los viernes y es por eso que los sábados no se levanta, debe guardar cama.
Para librar al niño que nace séptimo hijo varón de su metamorfosis de Lobisón, se le debe bautizar con el nombre de Benito, apadrinándolo el hermano mayor, aunque lo recomendable es que lo haga el Presidente de la Nación, o un representante legal, generalmente el Intendente del lugar, quien hace entrega de una medalla de oro en el acto bautismal.








Traicy&Ivana

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